Thursday, March 16, 2006

...crece...

Es cierto, ayer al bajar del autobús resbalé sobre el hielo y golpeé mi cadera, lado izquierdo, contra el cemento mojado.
Sin embargo, no es por eso que me siento golpeado.
Cuando toco una parte golpeada, siento un dolor creciente. El dolor creciente que siento ahora acontece con ciertas voces o risas a mi alrededor, que ocasionan interferencia con lo que trato de expresar, incluso pensar.
Me quedo, como aquél que con su aventura que no fue aventura, en el mismo lugar en donde la tristeza le conoció. No es necesario salir de este rincón si es aquí en donde mejor me complazco con ese dolor creciente.
Después de todo, si salgo de este rincón, el dolor puede ser más fuerte y el masoquismo humano no es como la estupidez humana, ésta no tiene límites, aquélla sí.
Me quedo acá en este sitio, tal vez de noche salga a caminar o cuando se me requiera. Es completamente cierto: cuando aquél salió fue para que le doliera más.
No soy suficientemente fuerte, inteligente y pendejo como para aprender de una experiencia ajena, ni para sufrir por lo que no ha pasado, simplemente creo que siento empatía.
Innegable es que ahora me siento golpeado

JP
16.03.2006