Sunday, November 02, 2008

El primer mundo (o al menos Dinamarca) no garantiza la felicidad


ATJensen, CBoe o OBornedal se me hacen a veces ambiciosos, otras pretenciosos; no sé si quieren reinventar la rueda o si la ponen a rodar sobre suelo no llano. Una cosa sí que son: inquietos. Per Fly se me hace diferente, y su apellido ni es Dardenne ni se pronuncia "flai", además de inquieto fue director de teatro, aspecto muy notable en 'Arven', la segunda en la trilogía sobre clases sociales danesas; tema(s) en su cabeza desde que salió de la Escuela de Cine.

"Bænken" (Banca) la primera, sobre la clase baja, casi completamente con luz natural, lo que da un toque de realismo a veces inquietante, casi como ver algo por la ventana.
Un hombre mayor vive de ayuda social, antiguo cocinero, alcohólico, se encuentra con sus "amigos" y se sientan en una banca a emborracharse. El título además incita a pensar en pasividad y estática; el alcohólico es gruñón, y al final va a seguir siendo alcohólico y gruñón, no es una "road movie" donde tiene que cambiar de personalidad. Tal vez acelere sus ansias de morir.
Una mujer joven y golpeada se muda al barrio con su pequeño hijo, y comparten piso con un tipo asocial empeñado en acabar su infinita tesis. La mujer y el alcohólico comparten cierto secreto y tarde o temprano, con o sin intención tienen que enfrentarlo.
No creo que tal clase baja exista solamente en DK; cuando voy por St Pauli o en Altona aquí en HAM veo con frecuencia (y después de "Bænken" de forma diferente) a grupos de personas sentados en una banca, con alguna cerveza en la mano y quién sabe qué más en sus mochilas.

"Arven" (Herencia) tiene título de telenovela, sobre la clase alta, puede sonar a 'Los Ricos También Lloran'. No lo es, y parece la más teatral de las tres. Ulrich Thomsen debe tomar decisiones, con muchos factores por detrás, como la moral, su familia y el futuro de un gran grupo de empleados de la fábrica heredada; por delante, y como mayor consecuencia, tiene su propia felicidad; después de que su padre muere, cuando la fábrica no se encuentra en su mejor momento y su vida privada florece con su trabajo y esposa en Suecia.
Visualmente es tipo "dogma" y este tan criticado estilo forza el nivel dramático cuando el actor simplemente no sabe dónde coños está la cámara: no puede huir por donde se le vea.

"Drabet" (Homicidio Involuntario) es la última, sobre la clase media; la más convencional: visualmente, el argumento es "más" ficticio ('Banca' y 'Herencia' se inspiraron en casos y hechos conocidos por Fly, 'Drabet' sólo recurre un hecho pasado real en su "versión libre"); y por el nivel social es más asequible e identificable, algo menos fácil con las situaciones de 'Arven'.
La clase media me recordó sin embargo más a la clase alta que conozco de México (y es motivo por el que empresas como Ikea no tendrían éxito ahí).
Un toque noir: tonos oscuros, una chica-fatal con sombra en los ojos que empuja al protagonista (Jesper Christensen, presente en las tres) a situaciones incómodas. Ese efecto es criticable, ya que todo es visto desde los ojos de él y es fácil ponerse de su lado en todo momento, la duda viene después. Un profesor cincuentón izquierdista casado y con dos hijos mayores tiene un romance con una ex-alumna activista, que mata a un policía en una acción con su grupo. Alrededor del profesor se cruzan los sentimientos de culpa y la imposible expiación que acrecentan los contactos con su (ex-)esposa (Pernilla August, sorprendente en danés, sueco o inglés), su ex-alumna y la viuda del policía.

Se me hizo curioso no ver algún personaje extranjero o inmigrante, más cuando ahora tienen influencia directa en la sociedad y economía escandinavas y del primer mundo en general; sí hay algún regente de tienda en 'Bænken' y la chica sueca en 'Arven'. Es notable la difusa frontera entre los niveles: la chica de 'Bænken' trabaja en un restaurant burgués; los empleados de la fábrica en 'Arven' son de clase media y baja; en 'Drabet' varias personas en una banca miran la confrontación del profesor con la viuda.

6 comments:

marichuy said...

Querido

Ni en Dinamarca, Canadá, Suecia o Finlandia [mis ejemplos preferidos de "primer mundo"], la felicidad está garantizada per se.

Creo que he visto poco cine danés. Pero así, con esa tonalidad nada gratificante ni optimista, me hiciste recordar "Festen", en la que trabaja ese mismo actor, Ulrich Thomsen. Y en la que también, amén del conflicto de abuso de menores, se retrata la diferencia de clases y hasta de razas.

Besitos

Champy said...

Yo soy muy feliz!!!!

tengo a mi chinita, a mi gatito, a mi Vidal, te tengo a ti...... no pido mas!!!

Iguanas, cine Danés casi nada, solo lo poco que nos llega....

IKEA Houston está atestada de mexicanos, los ricos de Monterrey y Torreón alla se van de compras!

Y a mi me encanta!

Aunque luego no me bajen de superfluo!

Silencio said...

Ah no se, algo que no me gusta de esas películas es el tono martir de las clases bajas, cuando estas están tan podridas como las otras, finalmente es una situación, y bueno, no me gusta acostumbrarme a estas películas... me cae que no

Srta. Maquiavélica said...

me gusta el cine danes¡¡ y pues en todas partes hay pobreza...
besos

Anonymous said...

Yo también detesto las palabras verificadoras!, jajaja.
Interesante blog, trataré de ser constante y revisarlo a menudo.
Saludos!
THE INDEPENDENT

BUDOKAN said...

Difícil encontrar la felicidad en los países nórdicos. Esa gente pocas veces ríe. Saludos!