Tuesday, September 07, 2010

Enter The Void



(Gaspar Noé, Francia/Alemania/Italia, 2009)

Algunas obras de arte son inspiradoras. Algunas inspiraciones surgen de otras obras de arte. Supestamente Gaspar Noé se inspiró en una película, 'Lady In The Lake' (R.Montgomery, 1947, Estados Unidos) para hacer 'Enter The Void'. Los quisquillosos dicen (¿decimos?) que en realidad tuvo ganas de hacer algo similar: contar una película de forma subjetiva. Dado el resultado, es fácil imaginarse que otra fuente de inspiración fue el vídeo 'Smack My Bitch Up' de Jonas Akerlund para The Prodigy. Si hubiera visto 'Stay (I Missed You)' de Ethan Hawke para Lisa Loeb/Nine Stories, tal vez hubiera usado lubricante para entrar al vacío.
Oscar y su hermana viven en Tokyo; él vende drogas en su tiempo libre, ella es bailarina, stripper; tras la muerte de Linda, Oscar regresa para cuidarla. Que una historia se puede contar de mil maneras no hay duda, pero de Gaspar Noé es mejor esperar algo que puede perturbar no solo la mente, sino también los sentidos, hasta donde llega el cine, cuando menos la vista y el oído.
Oscar tiene algunos amigos, Victor y Alex; éste último le regala un libro, el Libro Tibetano de los Muertos. Oscar duerme en un edificio en Tokyo, sale a la calle, se mueve en el submundo de la ciudad, y le gustaría ver a la misma desde arriba. A Linda le da miedo. No es hasta que Oscar muere y está en la búsqueda del camino de regreso para estar cerca de su hermana cuando puede ver la ciudad como desea realmente verla; no es voyeurismo, pues eso es demasiado simple. Aunque sería bueno que las paredes de algún Hotel de Amor fueran transparentes, pues vería así a sus amigos cogiendo. Tal vez hasta sea posible ver a los personas desde dentro. El viaje de regreso puede recordar a los viajes bajo efectos químicos.
La subjetividad de Oscar abarca desde su infancia hasta su muerte y más allá. En el mundo real y en el químico y más allá. 'Enter The Void' parece al inicio una apología al consumo de químicos. Algunas imágenes eclipsan el morbo, como las inquietantes tetas de la actriz Paz De la Huerta y el close up de un aborto. La banda sonora y los excesos de imágenes estroboscópicas pueden resultar molestas, y no aptas para epilépticos. Las secuencias interminables y sin cortes son una proeza visual, merecedora de respetos y de premios, pero a lo largo de 160 minutos parece más un reclamo.

(Click en la imagen para ver el Making-of)

1 comment:

Champy said...

Oraleee wey!!!

Yo la quiero a como de lugar...y no me pienso esperar 2 años!!!!

...más que un reclamo.

Podrán decir misa vomitar y echar mierda por la boca, tu sabes que a mi me vale madres, Gaspar y sus alcances son siempre dignos de un espacio en mi tiempo.

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