Wednesday, May 05, 2010

Splice


(Vicenzo Natali, Canada/Francia/Estados Unidos, 2009)


¿Qué tendrían que estar haciendo dos actores reconocidos en una película de género? Precisamente, actuando.
Elsa (Sarah Polley) y Clive (Adrien Brody), dos científicos vinculados profesional y personalmente, experimentan con ADN de diversas especies, logrando construir una quimera. Su trabajo, investigativo y científico, es auspiciado y patrocinado por una compañía; han de tomar tejidos de la quimera y sintetizar proteínas que pudieran ser útiles para producir medicamentos contra enfermedades degenerativas; dado que la idea es comercializar, hay que ser rápidos.
La pareja aprovecha las instalaciones de su trabajo para conseguir una versión de la quimera con ADN humano. El resto es material de película, en el caso de 'Splice', una película de género, con al menos dos actores, un director y un productor (Guillermo Del Toro) reconocidos. No es necesario ver 'Splice' con lupa para notar los momentos graciosos voluntarios, ni los detalles visuales narrativos, ni los espectaculares efectos especiales, ni los giros de cámara de casi 180 grados de los científicos en el laboratorio.
Si 'Splice' es realista o no, es algo que no corresponde a los méritos de la propia película, una vez dentro del mundo de los dos científicos en el invierno canadiense, es mejor digerir las sorpresas que ponerse a vociferar que no es nada nuevo o que es imposible en el mundo real. La quimera con el ADN humano, Dren, crece y lo hace rápido; tanto Elsa como Clive intentan mantener el proyecto en secreto y llevarle un seguimiento, digamos de campo, extramuros; pero hay cosas que ni Elsa ni Clive pueden observar, y el espectador tampoco tiene porqué. Sin embargo, Dren no es el primer experimento que ellos hacen, y los científicos algo han de haber aprendido de sus experimentos anteriores. Después de llegar hasta donde han llegado, si en realidad equivale a llegar lejos, ¿seguirán avanzando? Y ¿hasta dónde?
Falsamente graciosa a momentos, tensa otros ratos, o al menos la chica detrás mío se la pasó tiesa ocupando su asiento y el de su novio. Dren perturba, cada vez que crece, cada vez que muestra una nueva "cara".

1 comment:

Champy said...

Pues nos drenaremos esperando su llegada!
Si va la firma del gordito (donde quiera que vaya), ya sabes que ahí estaré! y los doctorcitos no me caen mal.

No hallé quinoa anoche!

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